Carta publicada en The Economist 9 Nov 2019
La economía chilena elogiada una y otra vez por The Economist, no necesita “reinventarse” dice en la sección sobre Latino América (Oct 26). Esa es una conclusión demasiado predecible para alguien que en alguna oportunidad asistió a un coctel en Santiago con sesenta otros invitados que representaban “la mitad del PBN de país”. El dicho de que son siete las familias que tienen al país atrapado en una llave estranguladora no es ningún chiste. Las clases medias están endeudadas hasta más no poder con casi todo: su banco, su supermercado, la farmacia, el dentista, las instituciones educacionales además de los proveedores de salud. También pagan precios de niveles europeos y a veces más, por cualquier mercancía y servicio básico. Una clase política corrupta y cleptocrática que se colude con depredadores multinacionales para privatizar casi todo y explotar despiadadamente las bondades naturales de Chile.
El modelo neoriberal efectivamente funciona fantásticamente bien para unos pocos elitistas auto complacientes. Pero al mismo tiempo es es absolutamente disfuncional para el resto de la población y está necesitando urgentemente un re-inventarse general.
CARL HAAS
Copenhagen